La gestión de emociones en tiempos difíciles: ¿estamos preparados?
Muchas personas nos preocupamos por tener una buena salud física, pero también es importante preguntarnos, ¿cómo se encuentra mi salud emocional?
Definitivamente, son diversas las emociones que pueden florecer en situaciones atípicas o difíciles, darnos cuenta de lo que sentimos y controlarlo suele tornarse muy complicado cuando no activamos nuestra conciencia emocional, volviéndonos vulnerables a lo que pueda suceder y a cómo nos podamos sentir.
Típicamente culpamos a las situaciones externas como causal de nuestros sentimientos, pero es necesario reflexionar que somos responsables de reconocer y comprender nuestras propias emociones. Por ejemplo, cuando nos sentimos tristes porque perdemos a un ser querido, o asustados si vemos algo extraño cerca de nosotros, son situaciones que no las podemos controlar, y la emoción se verá reflejada en el momento con nuestro comportamiento; pero ¿qué sucede si nos estacionamos en esa emoción más tiempo de lo debido? Pues es ahí, donde nos vamos a encontrar con una alteración en nuestros estados de ánimo, que afectará nuestra salud emocional, situaciones que pueden suscitarse en cualquier etapa de la vida.
Un escenario reciente como la pandemia y su aislamiento social, que surgió de forma inesperada, hizo que muchos de nosotros saliéramos de nuestra zona de confort y nos volvamos susceptibles por la complejidad de los sucesos; sin embargo, en este contexto muchos activaron su capacidad de inteligencia emocional “escondida”. Este momento nos permitió afrontar lo que sentíamos y llamar a las emociones por su nombre, proceso de identificación que nos motivó a tomar conciencia de la estrecha relación entre nuestros pensamientos y sentimientos, dando paso a que generemos emociones positivas para tolerar la situación, y así es como se establece la dinámica emocional, que en muchas ocasiones podemos superarla solos y otros en compañía de sus familias, lo que es admirable.
Gestionar correctamente las emociones nos ayuda a tener pensamientos y comportamientos más asertivos y coherentes, que en el ámbito personal establecen el autocontrol y autoconciencia, mientras que en el entorno se proyecta de forma positiva, esa capacidad de poder comprender a los demás, ya que establecemos más empatía y mejoramos las habilidades sociales.
Los procesos emocionales que afectan nuestro ánimo, al inicio son como ingresar a un túnel oscuro, pero en la aceptación y búsqueda de soluciones, vamos encontrando esa luz que nos permite generar emociones positivas, y, luego de ese tiempo difícil, sonreír y disfrutar de las pequeñas cosas se vuelve una buena práctica en la salud mental, como parte del autocuidado. Por eso mi invitación a reconocer y regocijarse en cada una de sus emociones, que recordemos que no existe etnia, edad o género que frene sentirlas, porque las emociones siempre serán esa energía que surge y que nos impulse a actuar, por lo que nadie puede cambiar nuestra forma de ver la realidad, sino que somos nosotros mismos los responsables de trabajar en regularlas y aceptarlas en nuestro tiempo.
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