Filosofía “Lean” y cómo ser eficientes en las organizaciones
Siempre nos hemos preguntado: ¿Cómo hacemos eficientes a los equipos de trabajo dentro de las organizaciones?, ¿qué técnicas podemos aplicar para generar valor agregado a nuestra gestión?, ¿cómo potenciamos cada uno de los departamentos en la organización?, quizás existan más interrogantes, pero todas nos conducen a lo mismo: descrubir cómo hacerlo.
En un entorno social en el que cada vez tenemos menos recursos y se exije más eficiencia, una de las repuestas efectivas que están aplicando muchas organizaciones a nivel global es aplicar un enfoque Lean, que en algunos casos se asocia a recorte de presupuesto, reducción de plantilla o reestructuración empresarial; no obstante, el enfoque Lean es todo lo contrario: hacer más con menos recursos y hacerlo eficaz y eficientemente.
Esta metodología consiste en cambiar el modelo de producción y hacerlo en función a las reales necesidades del usuario o cliente, gestionando de forma rápida y con la mejor calidad posible. Lo más importante es pensar en el cliente/usuario en todos los aspectos, por lo que toda acción de los colaboradores o empleados que intervienen en el proceso añaden un valor adicional al producto. Dicho de una forma más sencilla: la gestión Lean es crear o fabricar productos de muy alta calidad en el momento justo y cometiendo el mínimo de errores posibles. Esta metodología tuvo sus inicios en el sector industrial, pero desde hace 10 años, incurrió con fuerza en otros ámbitos organizacionales.
Para gestionar Lean, se requiere de 3 aspectos básicos: el trabajo en equipo, hallar el proceso perfecto y mantener el ritmo de producción; y es aquí cuando el método tradicional cambia y la aplicación Lean se enfoca principalmente en el empleado, mandos medios y directores, en estricto orden. Desde la alta dirección y mandos medios, la clave está en la observación, generar valor a través de los aspectos más importantes que importa a los clientes/usuarios, desarrollar flujo de valor para descubrir dónde trabajar de forma más inteligente y con eficacia, eliminar los “desperdicios” y tiempos de espera que minen la gestión, producir únicamente lo que los clientes/usuarios están dispuestos a adquirir y eliminar los errores de desperdicio de tiempo y acciones en el proceso de producción organizacional.
Consideramos clave que se gestione Lean en las organizaciones públicas y/o privadas porque traen altos beneficios tales como mejorar el ambiente de trabajo, a partir de la contribución de sus empleados en la producción de valor, además de aumentar la eficiencia y capacidad de producción, minimiza desperdicios y errores durante el proceso de producción y gestión; y promueve la satisfacción, fidelidad y credibilidad de los clientes/usuarios a nuestra gestión. No existen procesos perfectos, pero sin duda Lean permitirá optimizar el flujo de trabajo y enfocarse en una mejora continua en función de la demanda de los clientes. Desarrollar una cultura Lean sin dudas permitirá un cambio significativo en los procesos de producción en las organizaciones, así como un sentido de pertinencia que permita alcanzar los objetivos deseados.
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